Mano a mano

Vía de Escape

Paco Cepeda 12/05/2022

Ya está aquí la lucha cainita entre Sevilla y Betis, esta vez por todo lo alto, porque lo que hay en juego es una plaza de Champions League. Con total seguridad, uno de los dos equipos la conseguirá, y si lo hace el Betis, le meterá a su eterno rival un rejonazo a la altura del que asestó en la temporada del Centenario sevillista, pero casi todavía peor porque la ventaja del Sevilla durante toda la temporada ha sido muy confortable en cuanto a los puntos de diferencia. Cinco puntos es ahora la renta sevillista más el average en caso de empate, con seis puntos por disputarse.

Las casas de apuestas estarán muy decantadas en favor de los nervionenses. Seguramente en Soria todavía darán por seguro que con esos números, no hay color, que la cosa está muy decantada. Pero cuanto más se acerca uno a Sevilla, más se conoce que el asunto tiene miga. Casi nadie duda de que el Sevilla perderá en el campo del Atlético de Madrid, porque lo suele hacer hasta cuando está bien y porque ahora mismo no le gana absolutamente a nadie. Es verdad que empata mucho, y que eso le vale, pero lo normal es la derrota incluso con cierta claridad. Lo lógico, en la otra acera, es que desde su posición de perseguidor, con nada que perder, y con una Copa reciente en la sala de trofeos, es que el Betis, ilusionado y alegre, le dé un repaso al Granada, ya más liberado de la tensión que ha tenido con la permanencia en juego. Y si todo eso pasa, que no sería nada raro, que es lo normal, vaya, llegaría una última jornada de infarto.

Nadie en su sano juicio puede decir que el Betis vaya a ser el ganador del partido en el Bernabéu ante el Real Madrid, pero los blancos estarán pensando exclusivamente en la finalísima de la Champions League ante el Liverpool y en esa coyuntura, un Betis en su mejor versión podría perfectamente dar el bombazo. Al mismo tiempo, en el estadio Sánchez-Pizjuán, quizá ante un Athletic en chanclas, o con la aspiración de jugar la Conference League, provocará el miedo más terrible en el Sevilla y su gente. Los William parecerán gigantes inabordables. Muniain, un jugador indetectable. Marcelino, la versión moderna de Helenio Herrera... Todo se magnificará en un auténtico manicomio con un entrenador superado, que no le saca el más mínimo rendimiento a un equipo sin físico ni fútbol. No es el único responsable Lopetegui, faltaría más, pero ante la adversidad lo que ha podido construir es un equipo miedoso y agotado física y mentalmente. El mano a mano según Sevilla que se va a llevar por delante al corazón de más de uno. Pero esto es fútbol, que es lo más importante de lo que no tiene importancia.