La apuesta y los 'apostantes'

Vía de Escape

Paco Cepeda 03/11/2017

Quique Setién quiere una cosa. A mí personalmente me parece bien querer dominar el balón. En realidad lo que me gusta a mí es controlar los partidos, como te salga mejor, pero no es mala idea hacerlo por medio del balón. El defecto, uno de ellos, de esa forma de jugar es que el equipo se crea que es más importante eso, la posesión, que el gol. Parece una simpleza, pero no crean, les pasa a algunos equipos que hacen esa apuesta. Otros sistemas tienen igual o más defectos.

Con el balón se puede ser muy defensivo, si no miras a portería nunca, o muy ofensivo, si de verdad lo quieres para tenerlo muy arriba y hacerle la puñeta al rival. El Betis de Setién tiene fases, a veces interpreta mejor que otras lo que de verdad quiere su entrenador. 

Cuando el equipo, el Betis, adopta esa forma abierta y decidida de ir a por el partido, efectivamente lo normal es que te pillen a la contra y no una ni dos veces. Y es por tanto cierto que los centrales, la defensa, sufre cuando pasa eso. Eso es cierto, pero también lo es que Amat y Mandi (Blandi le dice un amigo mío) conforman un eje central realmente débil y poco adecuado para esa forma de jugar. La jugada del segundo gol del Getafe es un resumen de esa fragilidad colectiva e individual. Pilla un balón en el centro del campo Jorge Molina, Jorge Molina, no Usain Bolt, y se va como si nada de Amat sin encontrar ningún rival hasta rondar el área de Adán. El balón del centro delantero alicantino lo despeja Mandi de tacón, al medio, sin ningún sentido, para que Portillo tire a puerta sin oposición y con todo el tiempo del mundo para pensar. El problema es la apuesta, tal vez, pero sin duda alguna también los actores empleados para esa apuesta.