Presión para el Betis, bien hecho

Vía de Escape

Paco Cepeda 29/01/2019

Vivo en la ciudad de Sevilla desde el principio de mis días. No soy ajeno a las cosas de esta mi ciudad, que por cierto en algunos casos son falsas particularidades igualitas a las de muchas ciudades, porque la estrechez mental puede venir del barrio más humilde de Sevilla o del despacho mas lujoso de ACS. Así que sé lo que muchos dicen, que el Betis no debería meterse en el fregado de organizar una final de la Copa del Rey en la que lo mismo se mete el Sevilla FC. Mi compañero y amigo Chazarri, medroso donde los haya, se postula como abanderado de esa teoría. Esto pide un podcast pero ya, pero como anda de descanso, como casi siempre, le respondo por esta vía del articulito. A ver, el deporte, en esencia, obliga a tomar riesgos. Es obvio que la hipotética imagen de Jesús Navas levantando un trofeo en el Benito Villamarín desagrada especialmente a los béticos, pero es que en estos momentos, esa posibilidad está igual de cerca o de lejos que la de Guardado haciendo lo mismo. Pero no voy a fundamentar mi opinión en eso, porque lo mismo efectivamente no merecería la pena el riesgo. Aquí lo interesante es que la gente que manda en el Betis, que no son ajenos a estos riesgos, supongo, han querido meter una presión en el club que es obligatoria. Los que llevamos años y años pidiendo eso, la vuelta de tuerca competitiva, no podemos, ni en mi caso, quiero, hacerle el más mínimo feo a un grupo de ambiciosos dirigentes que le mandan a su vestuario un mensaje: luchen siempre por ganar, pero en Copa, y en esta Copa, más todavía. Eso es objetivamente bueno, la presión es inherente a competir y se entrena para ganar tanto dando patadas a un balón como pidiendo retos que te obligan a dar el 150% de tus posibilidades. Es audaz la decisión, por el qué dirán si ocurre esto o lo otro, pero mi impresión es que en un club que no siempre se ha entendido de la mejor forma que ganar, en buena lid, es el objetivo que abre el resto de las puertas, es bueno, es lo que necesita. Y si sale mal, pues a insistir, no queda otra.