El 26 de noviembre de 1941, la Primera Flota Aérea de la Armada Imperial Japonesa, la llamada 'Kido Butai' (Fuerza Móvil de Ataque), compuesta por seis portaaviones y otra veintena de naves, todas al mando del vicealmirante Chuichi Nagumo, fiel súbdito de Hirohito, Su Majestad Imperial, zarpó en secreto de la bahía de Hitokappu: isla de Iturup, archipiélago de las Kuriles (hoy, Sajalin). Después de casi dos semanas de travesía por la inmensidad del Océano Pacífico y por el llamado 'Mar Vacío', sin nadie a la vista y las radios desconectadas, la Kido Butai atacó con toda su furia la base estadounidense de Pearl Harbor ('Puerto de las Perlas'). Fue el 7 de Diciembre de 1941. Se produjeron 2.403 muertos estadounidenses y una colosal explosión tras ataque aéreo partió en dos y hundió el Acorazado 'USS Arizona', orgullo de la US Navy... y hoy, un monumental cementerio semisumergido en las aguas poco profundas de Pearl Harbor. De inmediato, bajo el alegato de que 'este será un día que vivirá para siempre en la infamia', Franklin Delano Roosevelt, 32º Presidente de los Estados Unidos de América, declaró la guerra al Japón imperial de Hirohito... y a la Alemania de Adolf Hitler.
Menos de cuatro año después de Pearl Harbor, el 15 de agosto de 1945 (con firma de 2 de septiembre, en el acorazado 'USS Missouri', sucesor del 'Arizona'), el fanatizado Imperio japonés del Sol Naciente, bajo el llamado 'Trono del Crisantemo' -el emblema de las fuerzas imperiales- se rindió incondicionalmente ante los Estados Unidos, país que había llegado a descargar sendas bombas nucleares sobre las ciudades niponas de Hiroshima y Nagasaki: radiactivas, terribles acciones que provocaron en torno a 100.000 muertos sólo a causa de esos dos monstruosos golpes.
Cuando cayeron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, hacía tiempo que la Kido Butai y toda la Marina Imperial habían dejado de existir como fuerza operativa. Todos los orgullosos portaaviones, acorazados, cruceros pesados, destructores, aviones, pilotos y 'marines' que habían atacado Pearl Harbor ya no estaban a la vista de los humanos: sacados de este mundo y destrozados tanto por la US Navy como por su propia soberbia. También habían desaparecido de este mundo el mismo Vicealmirante Nagumo -cometió suicidio ritual, 'harakiri', 'seppuku'- y su gran jefe: Isoroku Yamamoto, el verdadero 'cerebro' del asalto a Pearl Harbor, amante de las apuestas y los Casinos, especialmente el de Mónaco. La Fuerza Aérea de Estados Unidos liquidó a Yamamoto en un ataque directo a su avión, en 1943...
La comparación es ajustada: cuando quedan cinco partidos y quince puntos para que finalice el extraño Campeonato 2019-20, la Kido Butai del Betis, la Fuerza Imperial de Ángel Haro, Emperador de Villaverde, de Prodiel y -¿por delegación divina?- del Trono del Crisantemo de Heliópolis está... dejando de existir a pasos agigantados. Han caído con estrépito las aspiraciones europeas, que ya navegan a un suspiro de la extinción matemática. Se tuvo que ir Rubi, tocado en el ala y con las plomadas finales de los ruinosos resultados tras el regreso a los campos de juego: después del parón sanitario, el Betis ha sumado cuatro puntos sobre 18 posibles, al regreso. La agitación social ha ido 'in crescendo', hasta que ayer se electrificó en escenas de tensión junto al campo del Betis, con calles tomadas, acordonadas y cortadas por fuerzas policiales... y Haro -sin mascarilla- diciendo literalmente a jóvenes manifestantes contra su gestión: "Es evidente que no sabéis de lo que estáis hablando". ¿Lo sabe él, el Emperador Haro... cuando del Betis se habla? De Prodiel, de Energía Plus y de la Agencia IDEA de la Junta de Andalucía, al Emperador Haro se le suponen algunos más conocimientos...
A falta de cinco partidos, quince puntos en juego, con descarnada cita en Vigo este mismo sábado... y el Mallorca, frontera del descenso, a ocho puntos (29-37) más el cociente particular, cualquiera diría que la permanencia del Betis está poco menos que asegurada. Pero ahora viene otra pregunta: con los efectivos que quedan, con Fekir expulsado, Joaquín a nada y menos de los 39 años -este mismo mes-y el equipo noqueado anímicamente, ¿puede ganar algún partido más la agonizante Flota de 'Hirohito' Haro? Pues... no se sabe bien cómo.
El Villarreal de Javi Calleja dio refresco inicialmente a sus puntas más brillantes, Alcácer y Chukwueze... pero eso no le impidió tener el partido abrochado a la media hora, con Ontiveros punzando entre las desquiciadas líneas del Betis de los tres centrales... y con sendas dianas de Gerard Moreno: la primera (Minuto 5), tras penalti incuestionable de Bartra a Bacca... y la segunda, el 0-2, en un tanto similar a los que anotaba en los años 70 el célebe Gerd 'Torpedo' Müller, el bombardero alemán del Bayern Múnich: recorte seco, usando el cuerpo, de izquierda- a derecha... y gol. Eso, aunque todo parecido físico entre Gerard y Gerd sea... pura coincidencia.
Antes del minuto 30, casi al instante del 0-2, Bartra salvó bajo palos otro remate a quemarropa de Gerard Moreno. Por ahí, Gil Manzano ya había anulado a favor del Betis un autogol de Anguissa... tras masivo fuera de juego bético previamente señalado y luego corroborado por el VAR: por posición y por momento. Fekir y Pedraza no marcaron de milagro. En plena rabieta, Fekir se autoexpulsó en claro amago de rebelión contra Gil Manzano, a sólo un paso de la agresión... todo seguido de un plantillazo a Albiol que, este sí, le valió la expulsión al internacional francés.
En la segunda parte el Villarreal -16 puntos sobre 18 y al acoso del Sevilla en busca de la Champions- se limitó a 'pinchar' el partido, lo que no le impidió un chorreo de ocasiones a la contra: esencialmente de los reactivados Alcácer y Chukwueze. Se fueron Canales y Bartra. Joaquín jugó un ratito, quince intrascendentres minutos... y el Betis pone proa a Vigo: sin Fekir, claro. La 'Kido Butai del Emperador Haro llega a la Bahía de Vigo ya sin portaaviones y con lo poco lo que le queda bastante colapsado. O más bien... incendiado, muy incendiado. Incendio en cubierta del Trono de Crisantemo Verde, Don Ángel. Cinco partidos... quince puntos. Veremos a ver.
Real Betis (0): Joel Robles, Emerson, Mandi, Sidnei, Bartra (Juanmi, minuto 46), Pedraza, Guardado (Joaquín, minuto 78), Guido Rodríguez (Edgar, minuto 86), Canales (Aleñá, minuto 64), Fekir y Borja Iglesias (Tello, minuto 78).
Villarreal CF (2): Asenjo, Rubén Peña, Albiol, Pau, Alberto Moreno, Trigueros (Morlanes, minuto 79), Anguissa (Bruno, minuto 64), Moi Gómez (Santi Cazorla, minuto 64), Ontiveros, Gerard Moreno (Paco Alcácer, minuto 55) y Carlos Bacca (Samu Chukweze, minuto 79).
Goles: 0-1, minuto 6: Gerard Moreno, de penalti. 0-2, minuto 29: Gerard Moreno.
Árbitro: Gil Manzano, extremeño. Expulsó a Fekir. Amarillas para Bartra, Alberto Moreno y Guido Rodríguez.
El portero es el mejor de un 0-2. Poco más que decir.
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