Terror

Antonio Félix
Antonio Félix
03/04/2024

Ahora que está tan de moda el cine de terror, el Sevilla podría montar una saga. La película de este año ya es buena, pero la que aguarda al que viene se presenta incluso superior. Es difícil emular las dosis de angustia, pánico y desesperación que viene firmando el equipo de Nervión. Pero nada resulta imposible para este Sevilla disparatado y suicida, obligado a reinventarse desde la cabeza a los pies, y obligado a hacerlo por quienes han terminado de dinamitarlo. Hay que tener mucha fe para pensar que la cosa va a ir a bien. El drama, desde luego, es gordo.

Es difícil explicar cómo se ha llegado a esta situación. Y ni siquiera merece demasiado la pena. El fútbol no deja tiempo para lamerse las heridas. Si algo, precisamente, enseña todo esto es lo fútil del éxito y el fracaso en este circo, su fugacidad y olvido. El fútbol es un negocio que, al fin, arreglan de un plumazo un buen entrenador y cinco o seis peloteros de excelencia. Con eso basta, aunque frecuentemente esa imagen enmascare tropelías de fondo que, con el tiempo, siempre van pasando su factura. En el Sevilla se desvelaron mucho desde la captación de los conspicuos 'americanos'. Ahora la ruina parece no tener fin.

Sólo el desconocimiento provoca algún consuelo. La mente empuja a lugares oscuros ciertos traumas que deseamos pasajeros, y que te hunden cuando afloran con fatal alevosía. Mariano, un suponer. Uno había olvidado la existencia de tal exjugador de fútbol cuando, de repente, un día cualquiera, en un momento de maravilloso aburrimiento, algo muy cruel y traicionero te conduce a mirar la plantilla del Sevilla. Que es como si te diera por leer el guión de El Exorcista. Terrible. Horror. Lo amable del calendario y el milagro de Ramos en Getafe dan, justito, para confiar en que este año se pueda evitar el drama. Pero, contando con la quiebra que tiene encima el club, ¿qué se puede hacer con esto en el futuro?

Hace unos días, este bendito portal cifraba en 20 los despidos que, a bote pronto, salían para el próximo curso. Lo entendí como una provocadora exageración. Ahora me parecen casi justos. Hay poco, muy poco, sobre lo que construir de cara a la resurrección. Pero una cosa debería quedar clara. Que todo es contingente en un equipo y sólo el portero y el delantero necesarios. Sin un candado atrás (mantengan a Nyland y fíchenle competencia) y un cañón arriba (mantengan a Isaac y resístanse con En Nesyri mientras no encuentren otro goleador de garantías) el descenso, que este año van a salvar por los pelos y gracias casi exclusivamente a ellos, será el fin que aguarde a esta película.

(Coda: El tono tétrico, apocalíptico del presente artículo corresponde, incluso, a un momento previo al conocimiento de la muerte de Augusto Lahore, ex vicepresidente del Sevilla F.C., señor cabal, elegante y amable, virtudes cada vez más raras de encontrar. Si algo agradece uno a la profesión, es el placer de haber podido conocer y tratar a personas como él. Eternas gracias, don Augusto, y descanse en paz).