Quique Flores: continuidad aparcada, aunque con malas sensaciones

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
27/03/2024

En el Sevilla existe una extraña sensación. Por un lado, parece difícil el descenso viendo el nivel del Cádiz, pero... ¿y si este Viernes Santo los amarillos ganan al Granada y la frontera se coloca a tres puntos antes de afrontar el duelo ante el Getafe del Sábado Santo? ¿A qué eminencia médica habría que llamar para atender a miles y miles de sevillistas presos del pánico?

Mientras, el club debe seguir caminando y pergeñando un futuro que ni que decir tiene va relacionado con la categoría en la que se milite. Las sensaciones para la continuidad de Quique Flores no son buenas. Es cierto que el debate se ha aparcado. No queda otra. No se tomará ninguna determinación hasta asegurar la permanencia. Utilizando la expresión judicial, sí hay cuestiones previas. Y las mismas no están gustando.

En el club ha desconcertado la gestión de los dos últimos partidos, cuando la permanencia estaba a tiro de piedra ante dos modestos. Ambos choques se jugaron de forma extraña. Demasiado expuesto en Almería. Demasiado fundido ante el Celta, entregando el balón a los celestes desde el minuto uno. Quique no ha estado fino. No se le quiere dar especial importancia a la polémica con En-Nesyri, entre otras cosas porque nadie sabe realmente por dónde va a salir el entrenador, cómo gestionará el enganchón con uno de los hombres clave del equipo.

Tampoco está gustando del entrenador la gestión realizada del mercado invernal, aunque aquí habría muchísimo que hablar. Apenas le ha dado oportunidades a Véliz y Hannibal. Lo de Agoumé es distinto. Sí lo iba a poner. Se lesionó cuando iba a comenzar a darle continuidad. Tanto de Veliz como de Hannibal existe un alto concepto en el club. Los dirigentes y técnicos consideran que el entrenador no explota esos dos recursos. Hasta cierto punto, es normal que se defiendan las gestiones realizadas... Si no lo hacen ellos, ¿quién? En el incierto mercado del fútbol, la renovación de Quique cotiza a la baja. Todo puede cambiar si el equipo se suelta y firma un gran final de LaLiga. 

Con respecto a Víctor Orta, no existen dudas. No hay debate. Seguirá, salvo debacle. Se valora lo difícil de su tarea, lo complicado que resulta salir de una plantilla larga, veterana y con contratos extensísimos. En el club rezan y no saben cómo colocar el próximo verano a Rafa Mir, Joan Jordán, Januzaj, Marcao, Nianzou, los cedidos... Papeleta. En algunos casos, ciencia ficción. Aunque nadie dirá nada de forma pública, aquí las miradas se van a Monchi por los numerosos mochuelos que dejó. 

Se reza para que Quique Flores deje al equipo en Primera y entonces se podrá asomar la cabeza para pensar en el futuro. En la era del dato, un simple repaso de los números indica que Quique Flores cogió al equipo con 13 puntos, empatado con el Celta, que marcaba el descenso (18ª). Ahora cuenta con un +6 que ofrece una notable ventaja, aunque el factor mental pesa mucho. En el Sevilla, más que en otros equipos acostumbrados a la pelea por no bajar. Si en el vestuario caló la idea de que el objetivo estaba logrado tras ganarle a la Real Sociedad, hay que volver a enchufarse. Aquí queda partido.