Da la sensación... de estar de broma

La tregua

Es de desear que la victoria contra el pobre Osasuna haya serenado el espíritu de Miguel Montes Torrecilla que andaría seguramente con resaca sesenta horas después de un desayuno de trabajo con el periodismo en el que, a tenor de su sarta de despropósitos, debieron servirle cazalla en lugar de café con leche. Sólo desde la cumbre de una melopea alpina, de una de esas tajadas inmisericordes que minuciosamente reducen a fosfatina cada una de las neuronas cerebrales, es posible concatenar la defensa (futbolística, que en el plano moral ha sido vapuleado injustamente) de Zozluya con la confirmación de un entrenador que gana, con suerte, una vez al mes. O eso, o tiene el rostro duro como el bronce usado para fabricar la coraza de los hoplitas macedonios.

El momento estelar del monologuista Torrecilla, pues sólo desde una perspectiva ‘stand-up comedy’ es posible analizar su discurso, encierra sin embargo la carga de profundidad propia del mejor humorismo. “Las bromas tienen que tomarse en serio”, advertía el cómico italiano Alberto Sordi en una de sus películas. Epató la elegante nulidad con el siguiente gag: “Habría que preguntarle al bético qué prefiere, si un equipo que transmite buenas sensaciones o uno que está dentro del objetivo pero no las transmite”. Esta frase, analizada como chorrada, es insuperable. Pero, en la mejor tradición de la sátira política, esconde tras la carcajada una crítica feroz al poder.

Fíjense si es ridículo el objetivo marcado por los dirigentes del Betis, la décima plaza, que permite debatir si es bueno o malo alcanzarlo. Se trata de un dilema que no se puede plantear a ninguno de los otros diecinueve clubes de la competición porque ninguna dirigencia ha tenido el desahogo de ponerse un reto tan fútil. Hagamos la prueba: “Habría que preguntarle al culé qué prefiere, si un equipo que transmite buenas sensaciones (pero no gana la Liga) o uno que está dentro del objetivo (es campeón) pero no las transmite”. Y corren al compareciente a gorrazos. Otra más: “Habría que preguntarle al sevillista qué prefiere, si un equipo que transmite buenas sensaciones (pero no se clasifica para la Champions) o uno que está dentro del objetivo (queda tercero o cuarto) pero no las transmite”. Y ya está Monchi en Roma o donde sea, pero lejos del Sánchez Pizjuán. La última: “Habría que preguntarle al sportinguista qué prefiere, si un equipo que transmite buenas sensaciones (pero baja) o uno que está dentro del objetivo (se queda en Primera) pero no las transmite”. Y tomatazo que te crió al orador. En el Betis, no. El Betis se dice cualquier tontería, ocurren todo tipo de prodigios de dudosa legalidad, se incurre en una contumaz mediocridad… y otra temporadita más a reírse del personal.