A Pellegrini sí le salen las cuentas de la Champions le salen

La tregua

Lucas Haurie 01/05/2022

Una semana después de proclamarse campeón de Copa, Manuel Pellegrini se prepara para uno de esos duelos, en el campo del Getafe, que calificaríamos de “final” tirando de topicazo si no fuera porque permanece en el paladar el retrogusto de finales genuinas como la que terminó en La Cartuja en la madrugada del día de San Fidel. Con cinco partidos por jugarse y el tropiezo reciente de dos de sus perseguidos, que aún deben enfrentarse entre sí en jornada que garantiza otra oportunidad para acercarse, las cuentas de la Champions le salen al Betis… siempre y cuando gane en el Coliseum Alfonso Pérez.

El escudriñado del calendario con mirada crítica es un ejercicio típicamente primaveral en el que el bético debe considerar el factor corrector de los finales de Liga, que propicia paradojas de considerable tamaño: son más complicados los rivales que pelean por la permanencia, Getafe y Granada, que los mastodontes con la temporada finiquitada –una perita en dulce el Real Madrid en el cierre del Bernabéu y un manojo de nervios el Barça en el Villamarín–, mientras que una circunstancia especialísima (y gozosa) de este curso convierte en difícil lo que normalmente es fácil, esto es, la visita a un Valencia en chanclas… pero deseoso de lavar la afrenta copera.

¿Qué significa todo esto? Pues que, como ha quedado escrito, las cuentas le salen a un Pellegrini cuyo pedigrí de ganador anhela como nada el regreso a la máxima competición continental. Los adversarios más peliagudos de este tramo final lo son menos, y los que necesitan, por fas o por nefas, puntuar contra el Betis son netamente inferiores. Jamás es sencillo encadenar un pleno al quince, ¿cómo iba a serlo?, pero sí es perfectamente posible a nada que los futbolistas encuentren reservas mentales de las que tirar para motivarse de aquí a las nueve de la noche del lunes. El primer obstáculo, por una vez, es el más alto.