Disfruten del cabreo
La tregua
Lucas Haurie 16/06/2022 |
Más que cuadrar unas cuentas que no tienen demasiado misterio, sobre todo en comparación con el estado ruinoso de la mayoría de los clubes de la Liga, el afán de los dirigentes del Sevilla en este primer arreón de la canícula es calmar a la clientela ceniza, que navega zozobrante, entre desencantada e iracunda, hacia las aguas inciertas de la pretemporada. ¡Qué malo es el aburrimiento! El aficionado al fútbol, con el Mundial retranqueado a noviembre, no ha sabido/querido pasar el rato con los muchos entretenimientos que ofrece este tiempo equinoccial: el imbatible maridaje del caracol con el botellín, las exaltaciones eucarísticas, el tueste playero, el desenfreno pagano de las fiestas de San Juan/Gay Pride…
Sin embargo, el hincha impenitente se ha empeñado en embaularse el tostonazo de la Liga de las Naciones y seguir consumiendo las noticias de baratillo que, algunos con menos desahogo que otros, sirve el periodismo en fechas de carencia. Nada sustancial ha ocurrido desde que Diego Carlos firmó por el Aston Villa, pareciera que en el pleistoceno medio, pero el sevillista indignado ha seguido saciando su sed de agravios con todo tipo de sucedáneos. ¿Se va el presidente a India? Cabreo. ¿Sigue Lopetegui? Cabreo. ¿Se vende a Koundé al Chelsea? Cabreo. ¿Se interesa por Koundé el Barcelona? Cabreo. ¿Vendrá un central barato como David García? Cabreo. ¿Vendrá uno caro como Badiashile? Cabreo. ¿Vuelve De Jong? Cabreo. ¿Se va De Jong? Cabreo.
Este estado tan poco saludable, endémico en ciertos sectores del Sánchez-Pizjuán, durará hasta el primer partido oficial de la temporada próxima, en el que una derrota desatará un cabreo monumental por el batacazo que viene y una victoria propiciará un cabreo descomunal porque “jugando así no vamos a ningún lado”. Llegando la pausa mundialista, tras un par de tardes felizmente agónicas, el Sevilla deberá ir haciéndole sitio en las vitrinas al trofeo de la Liga que está en camino y en primavera, cuando vuelve a estar a diez puntos del líder, el personal regresará a su estado entre desazonado e histérico ante un verano de ventas a saldo y compras erráticas: “Verás tú la temporada que viene”. ¡Ah! Y en cualquier momento, temblará la tierra ante el inevitable regreso a la presidencia de Del Nido Benavente.
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