
Los peligros del amateurismo
El tackle
![]() Lucas Haurie 17/08/2022 |
El asunto de las (no) inscripciones de siete futbolistas del Betis –el “pavoroso affaire”, diría José María García con su inconfundible tono apocalíptico– para el comienzo de la Liga, y-lo-que-te-rondaré-morena, ha desnudado una situación de la que venía hablándose hace muchos meses en las entrañas del Benito Villamarín, disimulada gracias a la sapiencia y temple de Manuel Pellegrini: el diletantismo del máximo responsable de la parcela deportiva, que se mueve en el mercado con audacia y mañas de tahúr. El excepcional entrenador que puso al frente del vestuario (gran mérito que es justo reconocerle siempre) ha convertido en ganadoras sus apuestas más recientes. En este final frenético de agosto, va a necesitar mucha más suerte.
El verano, máximo uno tan caluroso como éste, suele ser un periodo de sequía en el que, paradójicamente, brota abundante agua de algunas fuentes: de las periodísticas, sobre todo. Alrededor y dentro de un club de fútbol, habla miles de actores con los más diversos intereses y no es complicado componer el puzle de la realidad con las distintas versiones de uno u otro, especialmente de esos representantes en temporada altísima de cosecha (coimas, mordidas, porcentajes, comisiones e intermediaciones por doquier). Hay mucho que trincar ahora en el Betis porque la necesidad de vender aprieta y al responsable de la parcela deportiva, un aficionado práctico en la jerga taurina, se lo están comiendo por los pies aderezado a las finas hierbas.
William Carvalho, Alex Moreno, Loren, Dani Martín, Rui Silva, Willian José, Luiz Felipe, Guido, Fekir… Resulta perentorio desprenderse de algunos de estos futbolistas para aligerar una masa salarial engordada con inconsciencia amateur, pero las cuentas de la vieja no cuadran en las profundidades de un mercado infestado de tiburones. Si se valora a un futbolista en diez, la oferta no llega a cinco; si se ofrece una carta de libertad, se exige un finiquito generoso; y si las rebajas o los pagos diferidos son comunes para desatascar una negociación, se vedan porque el tiempo corre descaradamente contra una de las partes. Mientras tanto, se activan con desesperación todos los resortes políticos al alcance para encontrar una solución “por decreto”.
El responsable de la parcela deportiva del Betis no es un profesional y se nota. Menos mal que _______ ______ y Manuel Pellegrini están ahí para apagar los incendios que provoca.

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