Ni las opciones de Juande ni el puesto de Jiménez ni la Copa de Álvarez ni los puntos de Emery
La tregua
Lucas Haurie 05/05/2017 |
La etapa de Jorge Sampaoli en el Sevilla está, afortunadamente, a pique de terminar y la primera conclusión que podemos sacar es que, queridos amiguitos, la genuina fábrica de humo tiene su sede permanente en Casilda, provincia de Santa Fe (Argentina). De la gestión de los recursos humanos y la preparación física del equipo, por mencionar dos ítems básicos en el juicio a un entrenador, no diremos nada. El lector de Muchodeporte suele ser persona de amplio conocimiento futbolero y podrá opinar por sí mismo o, en su defecto, preguntar a algún prójimo con un mínimo de conocimiento técnico. El epíteto más suave que escucharán de boca del analista desapasionado será “timador”, les anticipo.
Sampaoli ha gozado esta temporada del apabullante favor de la opinión pública y publicada de toda España, que ha vertido una babosa catarata de elogios sobre él, explicable sólo desde la contemplación de un fenómeno de locura colectiva que podríamos denominar como “paroxismo cateto”. Su elección, al parecer, fue sacrificar las competiciones cortas (dos supercopas no disputadas, un desprecio estúpido al Real Madrid, que lo eliminó de la Copa casi sin querer en 45 minutos para ser a su vez eliminado una semana después y el inenarrable fracaso ante el peor cuartofinalista de la historia de la Champions) en el altar de una Liga que sus rendidos vates han calificado como “histórica” hasta la saciedad pero que terminará siendo, si el primado Osasuna no lo impide, “normalita”.
Reduzcamos, por consiguiente, el análisis a la Liga (que es mucho reducir). Sampaoli, el visionario que iba a traer la luz del espectáculo al tenebroso reino del tedio que era el Sánchez Pizjuán, no ha tenido opciones reales de título hasta la penúltima jornada, como sí hizo Juande en 2007. ¿Histórico? Sampaoli, el gurú de la infinita posesión, no dejará al Sevilla en la tercera plaza, como sí hizo Jiménez en 2009. ¿Histórico? Sampaoli, el esteta que prefiere la honra de la belleza sin el barco del resultado al barco del resultado sin la honra de la belleza, no alcanzará los 76 puntos, como sí hizo Emery en 2015. ¿Histórico? Sampaoli, el genio destinado a revolucionar el pobre fútbol europeo con los métodos que triunfaron en naciones de referencia como Belice o Papúa Nueva Guinea, quedará cuarto, como sí hizo Antonio Álvarez. Con la diferencia de que el Mariscal ganó la Copa del Rey. ¿Histórico? Tehquiyá, fantoche.
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