El drama de Haro

La tregua

Lucas Haurie 07/05/2019

El pasado 18 de septiembre, dos días antes de debutar en la competición continental contra el Olympiakos, Ángel Haro atendía a los periodistas en el aeropuerto de San Pablo y blasonaba, con razón, de su presencia en tan prestigioso foro: “Hoy en día, o estás en Europa o no existes”. Todavía podría repetir Quique Setién clasificación para jugar allende los Pirineos la temporada próxima, opción remota que está supeditada a una serie estrambótica de carambolas, sí, pero que está ahí. Y, de darse, sería el entrenador cántabro el primero en la historia del club que lo clasificaría dos años seguidos para una competición europea: Haro sería el segundo presidente en hacerlo tras Lopera, cuya figura mayúscula refulge a distancia sideral de toda esta patética patulea de imitadores de pacotilla que le han salido. No es probable, en cualquier caso, porque la primera condición para ello es que el Betis sume los seis que aún le quedan por litigar, así que…

… Pues que llega Ángel Haro al Real de la Feria este 7 de mayo y, sin haber catado la manzanilla, afirma que “no es un drama” la previsible ausencia de los torneos continentales. Y es posible que tenga razón, desde una perspectiva puramente egotista (con te), pues para el presidente actual del Betis no resulta, desde luego, dramática la virtual “inexistencia”, según su criterio de hace ocho meses, del club. Lo que le resulta en verdad trágico es, durante el otoño, tener que ausentarse entre semana tres veces de su casa y de su despacho para asistir en el extranjero a partidos que le interesan muy relativamente, por no decir una higa. Es lugar común que al dirigente bético contemporáneo le desagrada sobremanera un pequeño detalle del mundo del fútbol: los partidos de fútbol. Encara el presidente, por eso, su mejor época del año: un largo verano sin que el marcador desmienta ninguno de los cuentos que brotan del fabuloso (que viene de fábula) sahumerio mediático que se ha comprado. Cada jugador que llegue será un prodigio, cada técnico será un estratega brillante, cada ocurrencia de la panda de bienpagaos en nómina será una maniobra napoleónica y la afición, ¿lo dudaban?, la-mejó-der-mundo. No es un drama no estar en Europa, claro que no, un drama es tener que decidir qué hacer con los responsables de que te elimine el Stade Rennais. O arriesgarte a que uno de ellos te haga la cama.