El noble arte de tener al personal permanentemente engorilado

La tregua

Lucas Haurie 18/02/2021

Los mismos dos goles de ventaja, un pelín menos para ser precisos, que el Sevilla llevará a Barcelona el 3 de marzo tendrá que enjugárselos seis días después al Borussia Dortmund en el Westfalenstadion, o comoquiera que le digan ahora a ese recinto por mor del naming. Los chicos de Lopetegui completaron las idas de las dos eliminatorias que deben abrillantar su espléndida temporada y el hincha, miedoso por naturaleza, percibe un Everest en la ventaja que se llevaron los alemanes del Sánchez-Pizjuán pese a que cuantitativamente es menor que la acumulada para viajar al Camp Nou, apenas un escaloncito que Messi y sus compinches subirán sin esfuerzo. ¿Una afición, un pasatiempo, un hobby? El fútbol, para algunos, se antoja una inagotable fuente de padecimientos.

Con el sustento de la Liga bien encarrilado hacia la deglución del cuarto puesto, la campaña virará o no hacia la gloria en función de estos dos emparejamientos que tienen al sevillismo en vilo, pero esto tampoco es cierto del todo. ¿Firmarían hoy todos los sevillistas plantarse en los cuartos de la Champions y en la final de Copa? Por supuesto que sí… y diecisiete segundos después de rubricados ambos logros ya estarían avinagrando las expresiones ante la perspectiva no levantar el trofeo en La Cartuja y/o caer frente, qué sé yo, al PSG de Mbappé y Neymar. No se toca de oído en este artículo, sino que se reproduce nota por nota la melodía escuchada hace justo tres años, cuando se alcanzaron los logros que ahora se anhelan sin que ello calmase la furia de los descontentos crónicos.  

Competir. La gran virtud de este club hoy es que no cesa jamás en su empeño de conseguir cosas, más chicas o más grandes, y su gente debe persuadirse de que no es un desdoro salir derrotado de algunas confrontaciones. Si el Barcelona remontase y el Borussia conservase su ventaja, le quedarían a la temporada una decena de jornadas apasionantes para atar otra clasificación europea, muy posiblemente para la Champions. ¡Es un carrusel que nunca se detiene! Los títulos u otros hitos históricos que el Sevilla ha conseguido llegaron porque siempre estuvo rondándolos en actitud proactiva. Si no es este año, será el que viene. Y si no, el otro. Qué más da, en el fondo, mientras cada temporada nos brinde media docena de noches de mariposas en el estómago. “Disfrutemos del camino”, instaba siempre Unai Emery parafraseando a Thoreau o a Plauto o a Dios sabe qué otro compilador de citas.