Todo al entrenador
La tregua
Lucas Haurie 14/07/2021 |
La máscara de fatuidad y propaganda que, con la mediación de un sector del periodismo cautivo y/o comprado, barniza la acción de gobierno de Pedro Sánchez, digooooooo de Ángel Haro, se desprende cada vez que la realidad, terca cual acémila, mordisquea con uno de esos bocados que titularon la célebre comedia de Ben Stiller, Reality Bites, que retrata a esa “Generación X” a la que pertenecen los dos presidentes, el de La Moncloa y el del Benito Villamarín. Lo factual, o sea, es que el Real Betis Balompié, bajo su mandato, se encuentra sumido en una crisis económica abisal que lo precipita hacia la quiebra. El resto es blablablá.
En medio de la cháchara para justificar los números rojos –demoledores e irremontables– que despliegan los vates adictos a la causa, los de grado y los mercenarios, hay sin embargo un factor de tremenda importancia sobre el que sustentar la esperanza: Manuel Pellegrini. El luminoso acierto de su contratación, debido a Haro como a Haro es achacable la pudrición de las cuentas, ha permitido al presidente posponer una bancarrota que no venía por causa de la pandemia ni de sus circunstancias anejas, elementos perjudiciales mas no decisivos, sino por la errática política de recursos humanos –en lo deportivo y en lo extradeportivo– que ha lastrado y lastra al Betis. La clasificación para Europa ha permitido ganar un tiempo que es providencial, sí, pero el dinosaurio sigue ahí ahora que amanece una nueva temporada.
¿Cómo se puede salir del callejón? Es complicado, y la solución más a mano es lo que en el entorno del club se ha denominado “hacer un Valencia”, es decir, desprenderse de masa salarial a discreción, vendiendo barato o regalando sin atender ni al debilitamiento deportivo ni al valor contable de los futbolistas que se marchan. Así, cuadrarán las cuentas seguro… aunque se corre el riesgo de enfadar más de la cuenta a Pellegrini, un entrenador que tiene entre sus muchas virtudes la lealtad que profesa a las instituciones a las que sirve: incluso en el zozobrante Málaga de Al-Thani mantuvo con firmeza su mano en el timón.
Esta audaz apuesta por Pellegrini, “todo al entrenador”, se ha redoblado en la sección de baloncesto, donde la renovación de Joan Plaza ha equivalido a entregarle la planificación deportiva que el muy competente Juanma Rodríguez no se veía con fuerza para hacer con semejante cortedad de recursos. El técnico catalán, como el chileno, es un imán para los buenos jugadores y garantiza unos estándares de seriedad muy superiores a los reinantes en el Betis en la etapa de ABA. Bueno, es verdad que resulta una anomalía contemplar a una dirigencia a la que un par de empleados mantienen agarrada por las gónadas, ya que la estabilidad del club dependerá de sus cambios de humor, pero no es menos cierto que no se atisba mucha más capacidad por los alrededores. ¡Suerte!
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