La competición del Betis

La tregua

Lucas Haurie 20/09/2023

Por su formación académica y su formidable trayectoria en los banquillos, uno tiende a pensar que todo cuanto ejecuta Manuel Pellegrini, Ingeniero por buen mote y titulación, culmina un proceso de reflexión. Así, su desatención del sábado contra el Barcelona, que degeneró en fea goleada y que los biempensantes no queremos achacar a un pulso con la directiva por la extemporánea, e imprescindible, venta de Luiz Felipe sino a un deseo de brillar en la Europa League. Empieza esta semana en Glasgow la andadura continental del Betis 23/24, tercera consecutiva como hito inédito en su historia, con la necesidad imperiosa de romper el techo de cristal de los octavos.

Aducirá el bético puntilloso, con razón, que los verdiblancos hollaron en dos ocasiones, el siglo pasado, la cima de unos cuartos de final europeos. Fue en la extinta Recopa (1977/78 y 97/98), apeado en la antepenúltima ronda por Dinamo de Moscú y Chelsea tras eliminar a adversarios tan cualificados como el Milan de Gianni Rivera, pero el mérito indudable de aquellos periplos no debe ocultar la dimensión limitada de esos torneos en los que bastaba con superar dos eliminatorias para verse en las puertas de una semifinal.

El Betis contemporáneo, o sea, atesora potencia de fuego sobrada para avanzar en Europa y su entrenador, queremos creer, va a inocularle la ambición que le faltó el curso pasado, cuando entregó en Old Trafford un emparejamiento que erróneamente juzgó inabordable, pues el Manchester United no tardó ni un mes en hinchar la rodilla frente a un candidato al descenso con pestazo a cadaverina. Archivado a título de inventario el partido de Barcelona, habremos de ver en Ibrox Park al mejor once posible para, desde ya, dejarle claro al Glasgow Rangers que la primera plaza del grupo tiene dueño. Por muy cabeza de serie que sean los unionistas, conviene recordar que el Celtic les metió trece puntos de distancia en la pasada liga doméstica y que el PSV le cascó siete chicharros en la ronda previa de la Champions.

Manuel Pellegrini ha llevado al Betis a un estatus envidiable, inserto en esa mini-liga de cuatro o cinco equipos en la que una excelente temporada lo aupará a la cuarta plaza y en la que, por mal que le vaya, difícilmente caerá más abajo de la séptima. En vista de lo cual, las grandes alegrías llegarán entre semana, como se vio en la Copa del Rey de 2022 y como muestra el vecino con sus recurrentes éxitos continentales. ¿Qué motivo hay, entonces, para no darle prioridad absoluta a esta Europa League? Sobrevuela en Heliópolis una obsesión por la cuarta plaza que tiene más que ver con la necesidad de cuadrar las cuentas que tiene la dirigencia que con el vértigo de la gloria. ¡Atrévanse!