El estúpido desorden del Betis

Zona mixta

Rafael Pineda 17/09/2016

Tengo muchas dudas. Me asaltan de manera continua cuando analizo a un equipo como el Betis, incapaz de darle dos alegrías seguidas a su gente. No entiendo cómo sus futbolistas pueden salir a un partido en el Villamarín con una desconexión que parece perpetua, como no entiendo tampoco que Poyet no construya el bloque desde atrás. De igual forma, tampoco logro descifrar cómo sus futbolistas se pudieron ver sorprendidos por Carcela jugando a pierna cambiada, como si no hubieran tenido tiempo de preparar el encuentro ante el Granada. Contando con los méritos del rival, que los tuvo, el Betis fue un disparate en defensa. Argumentos hay de sobra para confirmar este extremo. Sus centrales, Mandi y Pezzella, son lentos y poco contundentes. Además de sus limitaciones, no reciben ayuda del centro del campo porque el Betis juega sin mediocentro defensivo, algo increíble en el fútbol de élite. Partido con un 4-3-3, sus laterales son buenos en la proyección en ataque, pero esa apuesta es demasiado atrevida para un Betis con centrales tan poco fiables y sin un pivote que le haga las coberturas a los laterales. Lo que ganan en ataque Piccini y Durmisi lo pierden en defensa. La apuesta puede servir ante equipos de la zona media y baja, pero siempre y cuando Rubén Castro las cuele. El Betis llegó y llegó ante el Granada, pero también le llegaron, y mucho. Son 10 los goles que lleva en su contra, demasiados, en cuatro partidos. No hay más que analizar el once ante el Granada: Piccini, Durmisi, Brasanac, Joaquín, Rubén y Álex Alegría. Seis futbolistas de descarada vocación ofensiva, Fabián de mediocentro defensivo sin serlo y Petros... Lo del brasileño es una locura. Vuelve majara a su equipo con sus constantes pérdidas de posición, finge una agresión del rival en cada disputa del balón, es incapaz de dar un pase en profundidad y hace faltas a destiempo. A su favor, su ritmo siempre alto y la buena anticipación al rival, al que sabe desquiciar con sus actuaciones. Si a todo lo anterior unimos dos centrales nada fiables es normal que Adán sea el mejor todos los partidos. Limitado una vez más atléticamente, el Betis está condenado a ceder una buena cantidad de oportunidades al rival porque es un equipo de mala estructura defensiva. No sé cuántos partidos puede ganar si encara cada choque a pecho descubierto. Así, Adán batirá el registro de paradas de la Liga.