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Poyet, vaya genio

Zona mixta
Rafael Pineda
Rafael Pineda
30/09/2016

El Betis no tiene necesidad de que su entrenador, Gustavo Poyet, no tenga la calidad suficiente para dirigir a un equipo que desea salir de la mediocridad. El atentado cometido ayer por el técnico uruguayo es de muy difícil explicación. Más bien no tiene ninguna. Un atentado contra la elemental lógica deportiva, una decisión increíble que no tiene argumento alguno. El error se mascó hasta en La Patagonia. Poyet, ese genio, perdiendo 1-0 en un espantoso partido frente a un gris rival, quitó del campo a los dos mejores futbolistas de los que dispone en su plantilla, además de Adán, por supuesto. Son los casos de Rubén Castro y Joaquín. Es posible que el canario no estuviera jugando su mejor partido, entre otras cosas porque Poyet lo condena a jugar en la banda. Lo que resulta incomprensible es que el entrenador del Betis, que ya se había equivocado metiendo a Brasanac por Felipe, no sea capaz de entender que Rubén puede hacer un gol de la nada, sin necesidad de que su equipo genere fútbol, por lo que siempre tiene que estar en el terreno de juego. Simplemente porque es un superdotado en esta faceta. Es realmente estúpido que Poyet cabree de esta forma a su mejor futbolista. Como si Luis Enrique, por ejemplo, quitara a Messi y le buscara las consquillas. Sin Rubén, el Betis es apenas nada.  

Tan lamentable fue la dirección técnica de Poyet que de una tacada dejó fuera también a Joaquín, el mejor futbolista sobre el terreno de juego y uno de los pocos con capacidad para desbordar e inventar una jugada que le pudiera crear peligro a la Real. 

No hay forma de que el Betis dé un paso adelante. No hay manera de que el conjunto verdiblanco sea capaz de concatenar resultados positivos. Parón por delante y visita del Madrid. Como para ilusionarse con un equipo cuyo entrenador quita a los dos mejores jugadores de su equipo para facilitarle la labor al rival. Los minutos jugados por el Betis después de que se marcharan Joaquín y Rubén Castro fueron patéticos. Pues nada, a seguir aguantando que Petros sea capitán general en el Betis. El brasileño es el único futbolista trompo, capaz de girar sobre sí mismo en el césped después de recibir una entrada y levantarse cuando el árbitro no pita falta. Madre mía. 

 


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