El comunista de la Premier

Zona mixta

Rafael Pineda 25/10/2013

Antonio Luna nació en las Islas Baleares, pero se crió en Pedrera, Sierra Sur de Sevilla, territorio comanche. Seguramente, su nacimiento insular se debió a la necesidad de sus padres, obligados a emigrar en busca de un futuro mejor. Antonio Luna es jugador de fútbol, en concreto del Aston Villa, y, además, es comunista. Su libertad de creencia es inviolable y respetable, aunque debería predicar con el ejemplo. Vienen estas palabras como respuesta a las suyas en una conocida red social, en la que defendió a Diego Cañamero, secretario general del Sindicato de Obreros del Campo y recientemente detenido y puesto en libertad sin dignarse a declarar ante el tribunal por, presuntamente, posibles delitos por obstrucción a la autoridad, contra la salud pública y contra los derechos de los trabajadores en la huelga de la basura de El Coronil.

“Está siendo perseguido por la justicia por defender al pueblo-trabajador que a diario sufre muchas injusticias”. “No conozco a una persona más solidaria”, añadió el futbolista criado en la cantera del Sevilla. “Deseo que haya miles de Cañameros”, ratifica. Perfecto. Lo único que me chirría de Luna es que, siendo como es, forme parte del circo que más detestan los comunistas de cuna, ésos siempre tan bien preparados intelectualmente, que odian la manipulación y que siempre entendieron el fútbol como el opio del pueblo. El comunista de la Premier tendrá una ficha altísima en el Aston Villa y está acostumbrado a dormir muchas semanas al año en hoteles de cinco estrellas. Luna, el comunista, debería abandonar el fútbol, ese odioso entretenimiento con el que se domeñan las voluntades, para acompañar a Cañamero en sus acciones, algunas dignas y otras algo más que discutibles, como asaltar y robar en un supermercado. Luna daría un gran ejemplo de solidaridad cediendo buena parte de su ficha a esos comunistas que dirige Cañamero. Lo que me no queda muy claro es si siendo futbolista profesional en la Liga mejor pagada del mundo ayuda a esa clase trabajadora tan oprimida por el estado y los poderes fácticos que él y Cañamero defienden. Luna, amigo, bájate al barro y seré el primero en tragarme, una por una, mis palabras.