La liberación del Sevilla

Zona mixta

Rafael Pineda 10/03/2019

Pablo Machín se había echado las manos a la cabeza después de que Sarabia anotara tras un gran pase de Promes. Había mucho peso sobre la cabeza de un entrenador que parecía superado por las circunstancias, un manojo de nervios como un equipo con carencias y en mala racha, pero demasiado golpeado por la adversidad. Oyarzabal había empatado en el primer disparo a puerta de los vascos y una oscura nube se cernía sobre Nervión. El fútbol, un enigma, deparó un Sevilla desatado en el segundo tiempo. Un grupo que se desprendió de muchos complejos, de toneladas de ansiedad, de demasiado lío en la cabeza para encontrar aire fresco, una razonable felicidad que se tradujo en un cuarto de hora increíble para destrozar a la Real Sociedad. La llave de la felicidad la tuvo Ben Yedder, un delantero de alta gama, el hilo conductor hacia un nirvana que liberó a unos futbolistas que estaban empezando a pensar que no le ganaban a nadie.

El triunfo tiene mucho peso. Puede suponer, con la necesaria continuidad, el conocido como punto de inflexión después de una lamentable racha de resultados negativos, un ciclón que había puesto en entredicho la continuidad de Machín, la planificación del verano y del invierno, la calidad de la plantilla y hasta el mínimo objetivo deportivo de alcanzar un puesto europeo para la próxima temporada. La resurrección debe tener continuidad con la final de Praga. Un partido que todavía de manera más evidente marca un antes y un después, puesto que el duelo frente al Slavia sí es una auténtica final. Hay un dato sobre el que se debe construir el inicio de la recuperación del Sevilla. Los 46 goles anotados en la Liga son una barbaridad y demuestran que el equipo tiene una magnífica producción ofensiva. Junto a esta eficacia, Machín debe emplearse en buscar más consistencia en un grupo mucho más fiable en campo contrario que en el propio. La recuperación de Gonalons es otro factor importante, pues se trata del futbolista idóneo para darle equilibrio al equipo. En cualquiera de los casos, el Sevilla es temible cuando va a por el rival en campo contrario, como hizo en este segundo tiempo tan espléndido ante la Real. El camino para el planteamiento en Praga está claro porque el Sevilla debe intentar hacer dos goles frente al Slavia antes que pensar que con un 0-1 puede bastarle. En la República Checa residen buena parte de las esperanzas de una temporada que pintaba horrible y que todavía puede ser enderezada.